Aunque forma parte de la siguiente ruta de este Blog «Del Cabo de Gata a Cala Rajá» este escenario natural bien merece un post para el solo. Es sin duda uno de los lugares más fotografiados de nuestra provincia, ha sido protagonista en libros y tertulias, de numerosos artículos periodísticos y no menos reportajes televisivos y cinematográficos. (Click para ampliar)
Se trata de un conjunto de chimeneas volcánicas en forma de afloramientos rocosos al pie del faro de Cabo de Gata, en el extremo meridional del parque natural. Según la tradición, debe su nombre a los antiguos marineros que confundían los gritos de la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), antigua habitante de estas rocas, con el canto de las ninfas marinas. (Wikipedia)
Amanecer en el Arrecife de las Sirenas es un regalo para los sentidos, donde la penumbra va cediendo al encendido del día, sin pausa, jugando con los colores y las formas que se van dibujando en las rocas. El pasado domingo tenía yo mi «pase» para este espectáculo gratuito, y allí, sentado en primera fila me limité tan solo a recoger esos instantes que os dejo a continuación.
Un poco más cerca…
Llegué poco antes de que saliera el sol, y afortunadamente se dejó ver entre las nubes que a esa hora cubrían gran parte del cielo. Realicé estas fotos desde el mirador al pie del faro y una vez el astro se volvió a esconder entre los nubarrones cogí el camino hasta el pequeño embarcadero frente al arrecife. La penumbra ya no era tal y ahí arriba aún iluminaban dos faros, el arquitectónico y el lunar.
Me imagino cuantas veces habrán observado este rincón los pescadores que han usado desde siempre este embarcadero natural. No creo que en este caso la rutina les haya hecho perder el interés, quizás se hayan sentido afortunados, tal vez lo hayan odiado en esos días de mala mar.
Hacia la izquierda, y sin muchas dificultadas se avanza entre las rocas y se tienen muchas más posibilidades de composición y perspectiva.
La roca tiene su encanto y el dedo no se despega del disparador como en una sesión con modelo.
El juego del sol naciente y los tonos que este proyecta sobre los diferentes tipos de nubes, hacían cambiante el escenario con múltiples condiciones de intensidad y tono de la luz.
Se reflejaba también en el acantilado del faro, que cambiaba de color llamativamente.
El entorno en general es muy fotogénico, pero sin duda el protagonismo se lo lleva el arrecife.
El cielo se tornaba de nuevo oscuro, y comenzaron a caer las primeras gotas.
Las gotas se unieron en tropel y se convirtieron en chaparrón de verano (…que aquí seguimos en verano…). Suerte que entre las rocas había un hueco para un fotógrafo y su mochila, y así aproveche la minitormenta para echar un desayuno energético y continuar marcha como ya contaré en el próximo post.
Me quedo con esta última foto del Arrecife de las Sirenas y que he titulado como «Sopa de Mitos», no me preguntéis porqué (el subconsciente supongo).
Tengo que reconocer que me das una «envidia sana» increible. Sin duda, es fantástico lo que nos traes……
Gracias por tu comentario, a mi cada día me gusta más esto de los reportajes de la naturaleza, si pudiera… me dedicaba a ello totalmente. Mientras habrá que seguir trabajando.
Salu2
[…] mirador de las Sirenas se ha convertido es un enclave paisajístico que es muy frecuentado por los amantes a la […]