Vista del puerto de Almería desde la Alcazaba con el efecto «Tilt shift».
No lo había probado aún y la verdad es que para este tipo de fotos se queda estupendo. Da el pego eh?, parece una maqueta, me ha picado la curiosidad y tengo que volver a hacerla con más tranquilidad y medios. No es cuestión cuando vas con alguien pararte cada 2 minutos a hacer un encuadre y disparar, y aunque con Amadís hay confianza, se iba a aburrir mucho de este modo. Así que aquí expongo una pequeña selección del recorrido…
Subimos a eso de las 7 de la tarde, como dicen en los pueblos: «al caer la fresca» (que no se pierdan nunca estas frases) y es que ya hace temperatura de verano, la primavera en Almería son dos días y zas! te metes en el verano.
Se escuchaba a lo lejos el croar de las ranas y nos acercamos a estos aljibes árabes del primer recinto.
La mezcla arquitectónica en la Alcazaba es un denominador común en todo el monumento, este es el arco de da entrada al segundo recinto.
Subiendo a la muralla se puede ver toda la ciudad.
La luz iba mejorando conforme caía la tarde, comenzaban a aparecer los tonos dorados del ocaso y eso en fotografía es una oportunidad.
Aquí en el tercer y último recinto es donde nos tomamos un poco más de tiempo, y claro si le dejas pensar, el genio es lo que tiene: ingenio, así que al Amadís se le ocurrió que hiciéramos unas poses surrealistas. Acabábamos de ver en casa unos cortos de Salvador Dalí, así que era inevitable.
Surrealíiiiiismo!!!
Estábamos en esas cuando apareció el guardia avisando a la gente de que se iba a cerrar el recinto, así que recogimos los bártulos y nos dirigimos a la salida. Ibamos los últimos y creo que por lo menos le dije siete veces al vigilante que iba detrás nuestro: la última, la última!!, afortunadamente era un tío simpático y «paciente» y se reía cada una de las ocasiones. Así que estas son las últimas, la primera un montaje que hice en casa…
… otra torre…
… y finalmente en la escalinata de bajada.
Luego nos fuimos a tomar un Té en la tetería Almedina, que resulta que había una actuación de guiñoles y estaba a rebosar, allí nos sentamos un rato con Pedro.
Por cierto, consejo: si queréis madrugar al día siguiente no os toméis tres vasos de té, y menos cuando ese día os habéis tomado otros tres cafés, yo estuve dando vueltas en la cama hasta las 4 de la mañana… por supuesto no madrugué (Marcos, esta vez te doy la razón!!).
El próximo sábado tila… o whisky…o vinico del país… o «Happy nights» de Pompadour.