Entrar en un volcán (extinguido, por supuesto :)) supone ya una motivación extra para una excursión de buena mañana. El Volcán del Cuervo en Lanzarote, es además un escenario natural, una anfiteatro pétreo que en ocasiones ha hecho las veces de coliseo gracias a su estupenda acústica. Sus tonos tostados destacan sobre el ocre y los grises de los campos de lava de sus postrimerías, cenizas tostadas bajo el azul del cielo. Su cono es singular, irregularmente tallado, fuera del estereotipo asociado al típico cráter, y formado por diversos materiales, cada cual con su textura y color propio.
Entramos?